martes, 8 de septiembre de 2009

Ilusión y sensatez...



Yo nací un noche invernal, tal vez esa noche los planetas no estaban en sincronía y por eso mis pensamientos no logran descifrar mi destino e incorporarme a este planeta; por instantes me siento incómoda, siento que algo me hace falta, mi razón esta intranquila con el mundo, me da por cuestionar todo lo que pasa a mi alrededor, pero más se confunde mi ser y mi alma…
Soy un tanto agridulce, en veces suelo ser tan tierna como una hermosa flor de abril o un oso de peluche, pero mi naturaleza confunde mi razón por lo que suelo ser tan agria y fría como un témpano verde sabor limón; mi corazón solo quiere sentir el mundo, dejarse llevar por sentimientos tan profundos dentro de mi ser que logran desencadenar miles de emociones tan intensas que recorren todo mi cuerpo, logrando sensaciones inimaginables que solo en vida podemos sentir…
Pero hay una lucha constante con la razón que cuestiona y quiere descifrar lo incuestionable, revolviendo mis ideales y confundiendo mis emociones; quisiera con todo mi ser regresar el tiempo cuando solo era una niña donde todo era y no me importaba porque, solo disfrutaba el mundo explorando lo que había a mi alrededor, todo me sorprendía por su complejidad pero nunca cuestionaba el porque de cada cosa; simplemente vivía y era feliz…
Con el paso del tiempo me voy encontrando con verdades extrañas crudas y amargas, realidades tan miserables e injustas, que hacen que el corazón lata de tanta tristeza al saber que es parte de vivir en este mundo, tan real o irreal como cada uno quiera o sienta; hoy el cielo derrama lágrimas y proclama su furia, pero cada gota de lágrima enverdece el planeta y da vida; vidas extrañas, con indiferencia en cada rostro, cada uno persiguiendo un ideal con esperanzas inciertas; noches intranquilas donde la soledad invade nuestro ser y queda al descubierto emociones reprimidas durante el día…
Lágrimas por derramar, heridas queriendo sanar, sueños atrapados que desaparecen al despertar, persiguiendo entidades desconocidas, lugares extraños y magníficos paisajes, sabiduría escondida, tesoros de conocimiento por desenterrar, cielos que cruzar y mares por explorar, otro extraño mundo que aguarda por nosotros y que algún día un sueño profundo invadirá nuestra conciencia; nuestra alma se liberara de este cuerpo físico para evolucionar...
Cada noche pequeños toques del mundo que nos aguarda y nuevas experiencias por descubrir, pero al despertar abro los ojos con otra realidad, donde luchamos por sobrevivir, cada uno venciendo obstáculos que se cruzan en un destino incierto, un camino rutinario y absurdo, adquiriendo experiencias y conocimientos, pero al final de cada existencia, no sé ¿para qué nos servirá?, tal vez para evolucionar nuestro espíritu, pero, ¿qué es realmente lo que debemos cultivar? ¿Espiritualidad? ¿Conocimiento? ¿Tolerancia? ¿Equilibrio emocional?, tantas preguntas sin explicación…
Grandes filósofos en este mundo se cuestionan la razón de esta vida y más me confunden, porque solo nos queda vivir, aprovechar este cuerpo que ocupamos, que nos permite sentir lo calido del viento, lo suave de la piel, la extraña consistencia de agua, la brisa del mar, el calor del sol, degustar el sabor de un dulce fruto, una golosina, observar colores, formas, disfrutar del perfume de las flores; realmente derrochamos nuestro tiempo en cosas vanas, sin importancia y sin razón de ser, tan simples que ocupan tiempo tan escaso.
Por el momento todo sigue su curso admirando este atardecer que es una gran y maravillosa obra de arte del mejor de los pintores que me gustaría algún día conocer llamado Dios.

No hay comentarios:

Publicar un comentario